Transportada por la Fuerza Aérea Brasileña, la reliquia aterrizó en la terminal de Brasilia en una aeronave del Grupo de Transporte Especial del cuerpo militar.
Conservado en formol hace 187 años, el corazón del emperador dejó Portugal por primera vez y fue traído al gigante suramericano en conmemoración al bicentenario de la independencia, el 7 de septiembre, proclamada en 1822.
Mañana habrá una ceremonia en el Palacio del Planalto (sede del Poder Eejecutivo), con la presencia del mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, a partir de la fecha, el órgano queda expuesto dentro de una caja de vidrio en el Palacio de Itamaraty (sede la cancillería), hasta el 5 de septiembre.
Con mucha satisfacción nos reunimos como parte de las conmemoraciones alusivas al bicentenario de la independencia de Brasil, «para recibir esta importante reliquia, que representa más allá de la bravura y la pasión, la inconmensurable fuerza de nuestro primer emperador», afirmó este lunes el ministro de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira.
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