Parecía que en el vestuario rojiazul imperaría la guerra entre la estrella francesa y joya del club, Kylian Mbappé, y el estelar brasileño Neymar tras el escándalo del “penaltigate” en el partido del 13 de agosto contra Montpellier, incidente aderezado por el sensacionalismo mediático, del que no escapó la otra punta del tridente, el astro argentino Lionel Messi.
Discusión a la hora de cobrar una pena máxima, un “like” de Ney a críticas a su compañero Donatello en las redes sociales y la imaginación de la prensa volando alto, hicieron a muchos creer que tan temprano como en agosto se iría a pique el costoso proyecto parisino, pese a comenzar la temporada con actuaciones de ensueño en la cancha.
Después vino una conversación del entrenador del PSG, Christophe Galtier, y del consejero deportivo, Luis Campos, con los máximos implicados y las cosas parecieron enfriarse, aunque a decir verdad los periódicos siguieron diciendo que no, estimulados por una declaración el viernes del propio Galtier esgrimiendo que “el mercado siempre depara sorpresas” ante una pregunta sobre el futuro de Neymar.
Con este escenario de rumores y comentarios llegó el duelo de anoche en el estadio Pierre-Mauroy de Lille entre el poderoso campeón vigente de la Ligue1 y su tridente galáctico y el monarca desbancado, considerado por no pocos la primera prueba de fuego de la campaña para los capitalinos.
Apenas en el octavo segundo de juego Mbappé abrió la pizarra gracias a un pase magistral de Messi, y lo que siguió ya es historia: alegría, risas, abrazos, fantasía y complicidad futbolística, una combinación que no paró hasta propinarles a los titulares de la temporada 2020-2021 una paliza de escándalo.
Los “enemigos” de antes hicieron de las suyas, primero un balón que el francés dejó pasar para que el brasileño fusilara a su compatriota Léo Jardim y después el exBarcelona retribuyó con dos asistencias para que Kylian completara su hat-trick.
La noche terminó con tres goles de Mbappé y un doblete y tres pases decisivos de Neymar, mientras Messi aportaba una diana y dos asistencias al 7-1 reconciliador, siempre acudiendo a lo que se vio en el terreno.
Con polémica o sin polémica, lo cierto es que el PSG arrancó la temporada de una manera nunca antes vista en Francia, al golear 4-0 a Nantes en la Supercopa y aplastar sin piedad a sus rivales en las primeras tres fechas de la Ligue1, 5-0 a Clermont, 5-2 a Montpellier y 7-1 ayer a Lille.
Al margen de que la Ligue1 no es tan competitiva como la española, la inglesa e incluso la italiana, el club rojiazul presenta credenciales de cara a su hasta ahora esquiva meta de reinar en Europa, con más de medio siglo de historia sin saborear la cima, convertida en una copa llamada “Orejona”.
Mbappé, Neymar y Messi dan en el inicio de temporada la esperanza de que el sueño es posible, aunque el camino es largo y los tres tendrán primero que brillar por separado para la gloria de sus selecciones nacionales en el cercano mundial de Qatar.
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