El Ministerio de Relaciones Exteriores enfatizó en un comunicado que el legislador está en la isla sin importarle la oposición de Beijing y los fundamentos de los nexos bilaterales, los cuales se rigen por el principio Una sola China.
Calificó el viaje como un acto de manipulación destinado a socavar la integridad territorial y el proceso de reunificación del gigante asiático, tras denunciar la complicidad del Gobierno nipón con sus parlamentarios y augurar el fracaso del separatismo.
La Cancillería, igualmente, exigió a Tokio apegarse a los compromisos asumidos en sus relaciones con China, dejar las provocaciones y de exacerbar más el tema Taiwán.
“Japón no debe sumergirse en aguas pantanosas y buscar beneficios egoístas en el estrecho de Taiwán. Debe parar de caer más bajo en el camino equivocado”, concluyó.
Aparte de pronunciarse en contra de la estancia de Keiji Furuya, la cancillería china también condenó la presencia en la isla del gobernador estadounidense Eric J. Holcomb, de Indiana, y reafirmó el rechazo a todos los contactos oficiales con Taipéi.
Las tensiones en el estrecho de Taiwán se mantienen en niveles de peligro desde principios de agosto, por el viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y de otros congresistas a la isla sureña.
El gigante asiático respondió con una combinación de medidas militares, diplomáticas, políticas y comerciales.
El diario China Daily subrayó que para Taiwán tales periplos conllevarían a un endurecimiento del bloqueo militar y las penalidades económicas, mientras los políticos estadounidenses afrontarían sanciones y restricciones en los negocios con el gigante asiático.
Alertó que las secuelas afectarían al mundo entero, porque si estalla un conflicto por el tema se dispararía aun más la inflación, aumentaría el precio de los alimentos y empeoraría la crisis energética.
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