En una visita al distrito Khoshi de Logar, lugar de los desbordamientos que acabaron con la vida de más de 20 personas, el viceministro de Gestión de Desastres, Sharafuddin Muslim, reconoció que la ayuda brindada por el gobierno a los residentes es insuficiente.
La gente se asentó y se les dio comida, pero no es suficiente porque las inundaciones afectan a nueve aldeas de la zona, señaló el funcionario.
Por otro lado, los damnificados se quejaron de una distribución injusta de la ayuda.
No hay agua para beber ni alimento para comer. Muchos niños instalados en estos campamentos padecen de neumonía y ni siquiera hay mantas para mantenerlos calientes, denunció Mohammad Shoaib Qalandari, víctima de las inundaciones.
Más de tres mil familias afganas fueron desplazadas por las lluvias en el distrito de Khoshi.
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