De acuerdo con un informe del Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques, la referida afectación a las áreas boscosas es la mayor en cuanto a superficie se refiere desde 2017.
El peor siniestro se produjo en el Parque Nacional de Serra de Estrela, en el centro de esta nación, con 25 mil hectáreas destruidas por las llamas, en medio de una fuerte ola de calor, la cual azota desde mayo a gran parte del Viejo Continente.
Instituciones meteorológicas de la Unión Europea (UE) consideran que gran parte de las naciones de ese bloque se verá afectada por la subida de las temperaturas y la falta de precipitaciones en los próximos dos o tres meses.
Casi la mitad de los 27 países miembros de la UE ya sufre las consecuencias de la sequía, que provocó la baja del nivel de los ríos y la consecuente reducción de la producción de energía en las hidroeléctricas, así como la pérdida de cultivos.
Las condiciones climáticas desfavorables empeoran en Alemania, Bélgica, Portugal, España, Francia, Países Bajos, Hungría, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Rumania.
Entre los productos agrícolas más afectados por la insuficiencia de agua son el maíz, la soya y el girasol, todo ello en medio del efecto bumerán por la aplicación de sanciones de Occidente contra Rusia, gran productora de fertilizantes que ahora no puede vender a esta región.
Fuera de la UE, otros estados también resultan afectados por la sequía como en el caso de Reino Unido, Serbia, Moldova y Ucrania, donde el pasado 24 de febrero Rusia inició una operación militar, anunciada ese día por el presidente Vladimir Putin.
A la acción bélica de Rusia, siguió una guerra económica por parte de Occidente que ya incluye más de siete mil medidas punitivas contra ese país.
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