En declaraciones divulgadas este miércoles en la página digital del diario Il Fatto Quotidiano, Cingolani señaló que las medidas que se aplicarán se darán a conocer en los próximos días, y adelantó que se prevé establecer límites para la calefacción en oficinas públicas.
“Ya tenemos operaciones en marcha”, reafirmó el alto funcionario quien afirmó que “un comité de emergencia está trabajando en eso”, pues aunque el almacenamiento de ese combustible ronda el 80 por ciento, “incluso los depósitos completos no pueden blindar el invierno”.
El ministro añadió que el programa de ahorro se basará en el modelo que se está aplicando en otros países europeos, también afectados por un recorte en los suministros de gas y el incremento de los precios de ese recurso energético.
En tal sentido, se valora establecer horarios reducidos para los establecimientos comerciales, cursar indicaciones para disminuir el consumo doméstico y sobre todo regular el gasto en las industrias.
Ante una disminución en el suministro de gas procedente de Rusia, Cingolani manifestó a mediados de julio de este año que “la ciudadanía debe estar consciente de los problemas a los que nos enfrentamos”.
Argumentó que “es precisamente el ahorro en el consumo de gas en el sector residencial lo que resulta crucial” pues representa un 30 por ciento del total.
El ministro consideró entonces que “si bajamos la temperatura media en un grado o reducimos el tiempo de calefacción en una hora, ahorraríamos entre 1,5 y dos mil millones de metros cúbicos de gas al año”.
Un reciente estudio del Instituto de Investigación, Consumo y Medio Ambiente (Ircaf), indicó que “con el gas a más de 200 euros por megavatio hora y la electricidad en un récord histórico vendrán aumentos sin precedentes, a pesar de la intervención del gobierno”.
De acuerdo con esa análisis del Ircaf divulgado el 22 de agosto último, en Italia las familias gastarán a partir de octubre en gas y electricidad el doble que en el pasado año y un 135 por ciento más que en 2020.
mem/ort
















