Según los encargados del evento, la feria sesionará del 6 al 12 del mes próximo en la ciudad de Yinchuan, capital de esa región autónoma, con el auspicio del gobierno local, los ministerios de Agricultura, Cultura y Turismo, y otras entidades del país.
Tendrá un segmento virtual y su programa incluirá una muestra con las marcas obtenidas en la zona, el tercer foro sino-francés y una competencia para definir los mejores productos participantes, entre otras actividades.
Entre los propósitos de la cita, estará posicionarse como una plataforma para fortalecer los intercambios y la cooperación de empresas nacionales y extranjeras, publicitar los avances de la industria vinícola de China y su contribución a la continua revitalización rural.
En la ceremonia de apertura intervendrán funcionarios del país y también representantes de entidades foráneas como la Organización Internacional de la Viña y el Vino, el Concurso Mundial de Bruselas y la Organización Mundial del Enoturismo.
Además, se presentarán informes sobre el comportamiento del sector y habrá firmas de acuerdos entre las empresas asistentes.
Ningxia Hui en los últimos años ganó el calificativo de “Paraíso” del buen vino en China, gracias a que el esfuerzo de empresarios locales unido al impulso del Gobierno, transformó una tierra árida y rocosa en terreno fértil para viñedos.
La caracteriza un clima seco y con bajísimas temperaturas, ubicación a mil 200 metros de altura y la cercanía al desierto del Gobi. Pero lejos de constituir un problema, estos factores dotan al suelo de los minerales idóneos y condiciones para cultivar –como en Burdeos- las uvas Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah.
De acuerdo con estadísticas oficiales, esa región autónoma produce más de 130 millones de botellas del líquido al año y el valor de sus exportaciones a 40 países supera los 28 mil millones de yuanes (más de cuatro mil millones de dólares).
Es uno los 10 destinos del mundo más prometedores del enoturismo, un listado donde figuran las zonas Maipo (Chile), Wairarapa (Nueva Zelanda), Quebéc (Canadá) y Yamanashi (Japón).
Además, corporaciones como Moët Hennessy-Louis Vuitton y Pernod Ricard Group se asentaron en sus tierras para producir vino.
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