Por la parte china suscribieron el texto la Comisión Reguladora de Seguros y el Ministerio de Finanzas, mientras del lado estadounidense lo selló la Junta de Supervisión Contable de Empresas Públicas, establecida por el Congreso.
Ese convenio faculta a los dos países a pesquisar el desempeño de las compañías que operan en su suelo y recoge la voluntad de mantener la coordinación y comunicación sobre sus respectivos planes de auditorías.
Se espera que ese paso beneficie a los inversores de ambas potencias con acciones en sus bolsas de valores.
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