El diario The Times of Israel informó que los fiscales de la policía decidieron engavetar el asunto, lo cual provocó duras críticas del grupo defensor de los derechos humanos Yesh Din, que representó a la familia de la víctima.
Testigos palestinos denunciaron que Ali Hassan Harb, un ingeniero de 27 años, fue apuñalado en el pecho por el colono en las afueras de la localidad de Iskaka, en el norte de la Ribera Occidental.
Los israelíes llegaron a la zona con materiales de construcción en un intento de levantar un puesto de avanzada de un futuro asentamiento, una situación que provocó un enfrentamiento con los residentes, precisó el rotativo.
El acusado, de 44 años, fue arrestado después visitar una comisaría local un día después del hecho para presentar una contradenuncia.
Pese a la abundancia de pruebas que refuerzan la sospecha de homicidio premeditado por parte del colono, y contradicen su afirmación de que actuó en defensa propia, la fiscalía cerró el caso, criticó Yesh Din.
La ONG denunció que durante la investigación ocurrieron “intimidaciones y amenazas contra los familiares de Ali Harb y otros testigos”.
De 2005 y 2021, solo el siete por ciento de las pesquisas sobre la violencia extremista de los colonos terminaron en acusaciones, destacó el grupo.
“El sistema de aplicación de la ley israelí continúa brindando inmunidad ante la justicia a los criminales que dañan a los palestinos, incluso cuando le quitan la vida a una persona”, alertó.
Según datos del servicio de seguridad interior (Shin Bet), la cifra de ataque de colonos contra palestinos aumentó en un 50 por ciento en 2021 con respecto al año anterior.
El Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B’Tselem) afirmó recientemente que el gobierno de Tel Aviv utiliza la violencia de los colonos para apoderarse de más tierras palestinas, a cuyos habitantes prohíbe protestar por el expolio.
Ellos ejecutan una variedad de actos que incluyen agresiones físicas, lanzamiento de piedras, amenazas y hostigamiento, daños a árboles y cultivos, vandalismo de automóviles, bloqueo de carreteras e incluso disparos de munición real, destacó.
Las autoridades israelíes, incluidas las fuerzas de seguridad y el sistema de aplicación de la ley, son plenamente conscientes de esta realidad, pero permiten y respaldan esa violencia y luego disfrutan del resultado, apuntó B’Tselem.
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