La crisis estalló el lunes pasado cuando la falta de carburante obligó a cancelar el vuelo entre esta capital y Bruselas y dejó en tierra a 300 pasajeros cuya manutención corrió a cargo de la aerolínea bandera belga hasta la reanudación del tráfico entre ambos destinos.
Solventada la situación el problema persiste y ahora el problema afecta a las aerolíneas congolesas debido a la falta y el aumento del precio del combustible A1, empleado por los aviones de propulsión a chorro.
El conflicto en Ucrania ocasionó el aumento del precio de la importación de combustible para aviones a propulsión, lo que a su vez causa que cada vez menos importadores compren ese carburante que, afirman, escasea a nivel mundial, dijeron a la prensa funcionarios congoleses en condición de anonimato.
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