Estados Unidos ocupa el segundo lugar, con 13 mil 697 cirugías realizadas.
De acuerdo con el portal G1, la Isaps recopila datos de procedimientos quirúrgicos y no desde 2013, y el gigante suramericano se mantiene en la cima de la labioplastia desde el principio. En lo que va año se notificaron 13 mil 683 procedimientos.
Para la ginecóloga Lucia Alves da Silva Lara, presidenta de la Comisión Nacional Especializada en Sexología de la Federación Brasileña de Ginecología y Obstetricia, la búsqueda de la labioplastia muchas veces es solo estética.
Las mujeres buscan la cirugía porque creen en la «vulva perfecta» y domina un cuestionamiento: ¿cuál sería?. «¿Existe una variación, patrón de medidas, de dimensiones?», se pregunta.
Precisa que esto sería de suma importancia para establecer normas para una labioplastia adecuada, pero eso no existe, advierte la especialista.
También Flávia Fairbanks, maestra y doctora en ginecología por la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, concuerda y muestra una preocupación con ese concepto estético.
«Lo que nos preocupa es buscar la cirugía basada en un concepto estético, un patrón estético que puede ser diferente en unos años. Si ni siquiera podemos establecer un patrón para el cuerpo femenino, quién dirá para la región vulvar», apunta Fairbanks.
Por cierto, indica el sitio, siempre vale la pena recordar qué es la vulva y qué es la vagina (sí, son diferentes!).
Vulva es el nombre dado a la parte externa del aparato genital femenino, mientras que la vagina es una cavidad dentro de la vulva.
Sobre la cirugía, detalla, en primer lugar, hay que dejar claro que la labioplastia no provoca mejoras sexuales, solo trae cambios físicos.
A pesar de que parece simple, Fairbanks señala que no debemos banalizar la labioplastia, pues el procedimiento elimina una parte del tejido del cuerpo (que no tiene como rehacer) y requiere el cuidado de un equipo de salud. La recuperación es rápida y la mucosa se establece entre una y dos semanas.
Como la cirugía no es reversible, la mujer debe pensar bien antes de realizar el procedimiento.
La experta recuerda que muchas mujeres no son estimuladas a conocer su propio cuerpo, a mirar la vulva y la vagina. Incluso, los estudios demuestran que las personas no saben dónde está el clítoris y la uretra.
«Si no conoces el tuyo y se presenta a un modelo, crees que el tuyo está mal», finaliza la ginecóloga.
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