En una entrevista con el diario Al Ahram, el ministerio de Electricidad y Energía Renovable, Mohamed Shaker, destacó que el objetivo es acelerar el programa nuclear, que tiene fines pacíficos.
Egipto inició en 2015 el proceso de construcción de su primera central de ese tipo en Dabaa, ubicada a unos 320 kilómetros al noroeste de El Cairo.
La obra avanza a un ritmo constante y existe una estrecha coordinación entre todas las autoridades para garantizar el éxito del proyecto, subrayó Shaker.
El 20 de julio empezamos a colocar los cimientos de concreto del primer reactor, en coordinación con la empresa rusa de ingeniería nuclear Rosatom, y nuestro objetivo es iniciar los trabajos del segundo el 19 de noviembre, recalcó.
La central contará con cuatro reactores nucleares de agua presurizada tipo VVER-1200, cada uno con capacidad de mil 200 megawatts.
En diciembre de 2017, los presidentes de Egipto, Abdel Fattah El Sisi, y de Rusia, Vladimir Putin, firmaron un acuerdo en esta capital para iniciar los trabajos en la planta con un costo de más de 28 mil millones de dólares.
Rusia financiará el 85 por ciento del total con un préstamo de 25 mil millones de dólares a pagar en 22 años y un interés de tres por ciento.
Recientemente Shaker aseguró que la planta cumplirá con las medidas de seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Puede soportar terremotos y accidentes aéreos, señaló, y agregó que la vida útil de los reactores puede extenderse hasta 60 años.
Según Amgad El-Wakil, presidente de la Autoridad de Plantas de Energía Nuclear, el proyecto podría generar ingresos netos por valor de 264 mil millones de dólares en seis décadas.
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