El vocero indicó que el máximo representante de la Iglesia Católica llegó a las 08:30, hora local, a esa localidad de los montes Apeninos, ubicada en la región de Los Abruzos a unos 90 kilómetros al este de esta capital, donde permaneció cuatro horas.
Fue recibido por el cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo de L´Aquila, así como por el presidente regional, Marco Marsilio y Pierluigi Biondi, alcalde de esa ciudad de unos 70 mil habitantes, que en 2009 sufrió un devastador terremoto.
Francisco celebró una misa y el rezo dominical del Ángelus en la Basílica de Collemaggio, famosa por albergar la Puerta Santa más antigua del mundo y la tumba de Celestino V, primer papa que renunció a pocos meses de su elección, el 13 de diciembre de 1294.
«Celestino V fue un valiente testigo del Evangelio”, expresó el Sumo Pontífice, quien añadió que “con él admiramos a una Iglesia libre de lógicas mundanas».
En su oración, tras golpear tres veces con una rama de olivo la Puerta Santa, rogó por “todos aquellos que, con renovado compromiso y firmeza de fe, cruzarán este umbral para obtener la salvación, que procede de ti y hacia ti conduce».
El papa sostuvo un encuentro con familiares de las víctimas del terremoto que afectó a esa localidad el 6 de abril de 2009, con un saldo de 309 muertes y cuantiosos daños materiales, donde destacó “la gran capacidad de levantarse de este pueblo”.
El líder religioso se dirigió en su silla de ruedas hacia la Catedral de L´Aquila, aún inservible tras el sismo, donde realizó una inspección del lugar.
Antes de finalizar su visita a esa ciudad y emprender su regreso al Vaticano, poco después del mediodía, Francisco se detuvo en oración ante la tumba de Celestino V.
Con la histórica apertura de la Puerta Santa por el Santo Padre, primero en siete siglos que lo hace, inició el Jubileo Celestiniano, decretado en la bula del perdón, que se extiende hasta este lunes 29 de agosto.
rgh/ort