Desde el venidero 7 de septiembre, el público asistente reconocerá la trascendencia de ese sitio prehispánico de la comunidad maya y su aporte en la construcción del pasado y la cultura, mediante esta exposición preparada, además, por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La exhibición temporal recoge el trabajo arqueológico realizado durante 29 años por los investigadores del INAH y busca la transmisión a los espectadores de la magnitud espacial y territorial de la zona, ubicada en la región Selva Lacandona, área limítrofe con Guatemala.
El profesor del centro Alejandro Tovalín asumió la curaduría del compendio, conformado por 63 piezas recuperadas en ofrendas vinculadas a entierros, junto a la arqueóloga adjunta Julia Moscoso y museógrafos, gestores del patrimonio y promotores culturales.
La mayoría de los objetos rescatados pertenecen al periodo Clásico Tardío (600-800 después de Cristo), entre ellos, vasijas, figurillas, platos de cerámica y artículos ornamentales como pendientes, cuentas y orejeras de jadeíta o piedra verde, según refiere la pinacoteca.
La muestra reúne también restos óseos correspondientes a sepulturas estudiadas, 46 imágenes digitales y dibujos en blanco y negro, así como diferentes maquetas a escala que representan un conjunto habitacional de los 172 presentes en ese territorio de cuatro mil hectáreas.
acl/dgh