Si bien transcurrieron más de 200 años de aquellas aspiraciones libertarias de Simón Bolívar, aún inconclusas, lo sucedido la víspera abre nuevas esperanzas de que algún día sus sueños se hagan realidad, a pesar de los avatares y contratiempos devenidos en freno.
Y es que el apretón de manos entre el presidente Nicolás Maduro y el nuevo embajador aquí, Armando Benedetti, trasciende lo meramente simbólico para convertirse, de hecho, en un acontecimiento de magnitudes históricas por las circunstancias vívidas en décadas entre las dos naciones hermanas.
La víspera, el Salón Simón Bolívar del Palacio de Gobierno, en Miraflores, el mandatario dio la bienvenida vestido de blanco, como símbolo de paz, al diplomático del país vecino, con quien departió con evidentes muestras de felicidad de ambas partes.
Durante el diálogo sostenido, los interlocutores intercambiaron sobre la urgencia de restablecer los lazos de amistad de manera organizada, para que el proceso de restablecimiento sea un éxito.
El fuerte abrazo entre el dignatario y el diplomático reivindica la unidad soñada por los próceres y despierta las esperanzas de los pueblos, al propiciar el reencuentro entre Caracas y Bogotá.
Las declaraciones del gobernante colombiano, Gustavo Petro, días atrás ilustran la magnitud del suceso cuando expresó que la ruptura de relaciones hace tres años fue “un enorme error” y abogó por establecer unos vínculos basados en amor, de relaciones culturales, económicas y sociales.
“Hay que reparar los daños en las casas y el daño en los corazones… Para que nunca a nadie se le ocurra que entre Venezuela y Colombia tiene que haber un conflicto, una guerra o cosas así, por el estilo”, afirmó.
Maduro, en tanto, anunció la disposición de su país de reabrir todas sus fronteras con la hermana nación para el intercambio comercial y apuntó que se trata de un plan “sólido y sin perturbaciones”.
El jefe de Estado convocó a los empresarios y productores nacionales a contribuir con esa iniciativa con propuestas para enriquecer la oferta exportadora a presentar a Bogotá.
Precisamente, la línea fronteriza de más de dos mil kilómetros que los separa ha sido en los últimos años fuente de discordia y desencuentro, y hoy los pobladores de ambos lados ven con optimismo el paso dado en la correcta dirección.
También en días recientes un hálito de ilusión dio el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, al anunciar la disposición del presidente Maduro «de entrar en contacto” con su par de Colombia, para restablecer las relaciones militares entre los dos Estados.
Dado el nuevo escenario nacional que vive el país vecino “es momento ya de retomar responsabilidades y de trabajar en conjunto», afirmó Padrino.
Al cierre de la jornada, el presidente bolivariano escribía en su Twitter que el encuentro “fraterno y ameno” ayer con Benedetti “es el inicio de una etapa de relaciones diplomáticas de hermandad, Paz y respeto. Un abrazo al pueblo colombiano, hermanos y hermanas en Bolívar”.
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