Según la Asociación de Trabajadores Asalariados del Transporte (TSSA), el nuevo paro, que también afectará a la empresa a cargo de toda la infraestructura ferroviaria del Reino Unido, comenzará el 26 de septiembre, a menos que prosperen las negociaciones con la patronal.
El secretario general de la TSSA, Manuel Cortes, quien consideró ´insultante´ la oferta de un alza salarial del dos por ciento hecha hasta ahora, acusó al ministro de Transporte, Grant Shapps, de impedir el avance de las pláticas.
Lamentablemente, la mano de Grant Shapps impide que las compañías de trenes nos hagan una oferta viable, aseguró este miércoles el líder sindical, quien exhortó al funcionario a sentarse a la mesa, o apartarse para que los dueños puedan negociar libremente.
El anuncio de la nueva huelga ferroviaria coincide este miércoles con la segunda jornada del paro intermitente que protagonizan los trabajadores de correos para exigir un incremento salarial acorde a la inflación, que en julio pasado subió al 10,1 por ciento, y amenaza con superar el 18 por ciento en 2023.
Los obreros portuarios, los empleados del Metro de Londres y los choferes de ómnibus, además de los abogados criminalistas, también fueron al paro en las últimas semanas, en lo que la prensa local califica como “el verano del descontento”.
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