Cerca del mediodía, los futuros del crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI), que cotiza en la bolsa de Nueva York, bajaban 1,86 dólares, o un 2,1 por ciento, hasta tocar un valor de 87,69 dólares el barril.
Mientras, del otro lado del océano, los futuros del crudo Brent en la bolsa de Londres caían 2,10 dólares, o un 2,2 por ciento, hasta rondar un precio de 93,54 dólares por tonel.
Según expertos, la demanda del oro negro se ha visto estancada por las consecutivas alzas de tasas por parte de los bancos centrales, para enfrentar una inflación que toca máximos históricos en buena parte del mundo.
Además, el incremento de las restricciones antiCovid-19 en China y la presión de los costos provocó que la actividad de las fábricas de Asia se desplomara en agosto, lo que influye también en un descenso de la demanda de petróleo.
En paralelo, la oferta continúa en expansión debido al auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos y a una posible reactivación del acuerdo nuclear con Irán de 2015, que permitiría al miembro de la OPEP aumentar sus exportaciones de petróleo.
Esta semana, tanto el Brent como el WTI reportaron caídas consecutivas hasta rondar los 90 dólares y se acercan ya a sus niveles previos al conflicto en Ucrania.
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