Según el informe, la ofensiva se desarrolló durante 100 días, también se desarticularon 838 pandillas y confiscaron 3,6 kilogramos de drogas, 127 millones de dólares procedentes de actividades ilegales, 361 armas y 120,5 kilogramos de explosivos.
Igualmente, las autoridades resolvieron mil 510 casos de fraudes cibernéticos, el secuestro y tráfico de mujeres y niños, y rescataron 17 víctimas de ese último delito.
El Ministerio lanzó la campaña en junio y a raíz de que la ciudad de Tangshan de Hebei quedara bajo la lupa por la paliza que varios pandilleros le dieron a cuatro mujeres, sentadas en un restaurante.
Esos hombres golpearon brutalmente a las féminas a patadas e incluso hasta con sillas mientras las arrastraban por el piso hasta fuera del restaurante.
La policía inicialmente arrestó a nueve personas por ese caso, pero después detuvo a otras 34, incluido ocho funcionarios.
El caso causó gran conmoción en el país, avivó llamados de mano dura contra las bandas criminales aún existentes y también sobre la necesidad de aumentar la protección a las mujeres.
Motivó la presentación de otras denuncias sobre las operaciones de las pandillas en Tangshan y el mal proceder de la policía ante secuestros, extorsiones, amenazas y golpizas.
La campaña anticriminalidad se extendió a toda China y, específicamente en Tangshan, implicó un incremento de los patrullajes, buscara erradicar las peleas, cualquier acto de desorden público, ataques intencionales e insultos a las mujeres.
Pero además buscó combatir infracciones como la extorsión, el acoso, el juego ilegal, las drogas, los ciberdelitos y el encubrimiento por parte de las autoridades.
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