Las provincias de Zhejiang y Jiangsu, así como la municipalidad de Shanghái son las más expuestas a esos fenómenos, tienen a miles de personas evacuadas y medidas de precaución activadas para minimizar en lo posible los daños materiales y también pérdidas humanas.
Desde el sábado el servicio meteorológico nacional mantiene la alerta para esos territorios y vigila la trayectoria de Hinnamnor, pues podría ser devastador si toca tierra habitada con su gran fuerza.
Además, los gobiernos locales interrumpieron la transportación marítima, ferroviaria y terrestre en las ciudades asentadas en el litoral chino y están listos para responder a emergencias por inundaciones u otro desastre geológico porque los aguaceros y el mal tiempo persistirán al menos hasta mañana.
El tifón mantiene un rumbo norte, se mueve a 205 kilómetros por hora en el mar de China Oriental y hasta ahora se descarta que entre por algún punto del gigante asiático.
Sin embargo, los pronósticos apuntan a que esta noche girará al noreste y podría tocar tierra en la localidad de Busan, en Corea del Sur, y mañana se degradará a tormenta tropical.
Varias agencias meteorológicas coinciden en que es un sistema muy peligroso y califican de extremadamente dañinos a sus vientos y precipitaciones debido al alto potencial de causar grandes marejadas, deslaves e inundaciones.
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