En una sesión del Consejo de Seguridad, el titular afirmó que “cualquier daño, intencionado o no, a la mayor central nuclear de Europa en Zaporiyia -o a cualquier otra instalación de ese tipo- podría suponer una catástrofe, no solo para las inmediaciones, sino para la región y más allá”.
Guterres reiteró la necesidad de tomar todas las medidas necesarias para evitar esa situación y apeló al sentido común y a la cooperación como el camino a seguir, ya que “cualquier acción que ponga en peligro la integridad física, la seguridad o la protección de la planta es inaceptable”, dijo.
En este sentido, pidió el compromiso de las partes en conflicto a no emprender ningún tipo de actividad militar en dirección a la instalación industrial o desde la misma, indica un reporte de Naciones Unidas.
Además, llamó a llegar a un acuerdo que obligaría a las fuerzas rusas a retirar todo el personal y el equipo militar de ese perímetro, e impediría entrar a dicha área a las tropas ucranianas.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) consideró urgente la implementación de medidas para prevenir un accidente nuclear debido a los continuos bombardeos alrededor de la planta.
En un informe publicado esta jornada, la organización solicitó establecer una zona de protección y seguridad en torno a las instalaciones, así como recomendó poner fin de inmediato a los ataques.
El pasado mes, el representante de Moscú Mijaíl Uliánov notificó la disposición de su país de ayudar a la OIEA en el objetivo de realizar una visita a la central.
Recientemente el presidente Vladimir Putin reiteró que el objetivo de la operación militar, iniciada el 24 de febrero de este año, es finalizar la guerra de Kiev contra las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como garantizar la protección de Rusia.
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