El largometraje, dirigido por el multipremiado cineasta Gianni Amelio, es considerado favorito para obtener el León de Oro del certamen por muchos críticos, quienes a la vez aprecian que el complejo tema que trata podría afectar tal aspiración.
Braibanti fue la única persona condenada a nueve años de cárcel por un supuesto delito de plagio, referido al lavado de cerebro, introducido en el artículo 603 del código penal italiano en 1930 durante el gobierno fascista de Benito Mussolini.
La familia de un joven lo acusó en 1968 por la presunta influencia que ejerció sobre su hijo, de 18 años, al cual llegaron incluso a internar en un hospital psiquiátrico para tratar de borrarle con electroshocks sus ideas de izquierda.
El destacado escritor y luchador antifascista, que llegó a integrar el Comité Central del Partido Comunista de Italia, nunca ocultó su condición de homosexual, la cual pesó en su condena por los jueces en momentos en que este país enfrentaba una compleja situación social.
La sentencia generó un fuerte movimiento de protesta, en el que participaron destacadas figuras del arte y la política como el cineasta Pier Paolo Pasolini, el escritor Umberto Eco y el periodista Marco Panella.
Amelio, ganador del Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes en 1992 y seis años después del León de Oro en el de Venecia, señaló que El señor de las Hormigas “quiere infundir el coraje de rebelarse”.
“Es una película sobre la violencia y la estupidez de la discriminación” la cual, según afirmó, “huele a inquisición, y de ello tenemos pruebas todos los días. Porque en sustancia no ha cambiado mucho”.
“La historia tal como sucedió muestra aspectos inquietantes más de medio siglo después y el espectador podrá preguntarse: ¿cómo fue posible, ¿cómo pudo suceder?, aunque al parecer en el día de hoy ya no nos escandaliza nada”, agregó el director.
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