El príncipe portugués y primer emperador de Brasil, Don Pedro I (calificado de Libertador y Padre del gigante suramericano) fue el encargado de proclamar el 7 de septiembre de 1822 el Día de la Independencia en los márgenes del río Ipiranga, en Sao Paulo.
La celebración incorpora este año la tensión política y electoral que aumenta a medida que se acerca el desenlace de una de las disputas más intensas de la historia, cuando más de 156 millones de brasileños acudan a las urnas el 2 de octubre.
Una vez más están convocadas manifestaciones organizadas por partidarios del mandatario de tendencia ultraderechista y candidato a la reelección Jair Bolsonaro, como el tradicional Grito de los Excluidos, promovido por movimientos sociales.
Desde junio, el exmilitar citó a sus seguidores para los actos y confirmó que participará en las celebraciones en su ciudad, Río de Janeiro, donde estará en campaña electiva en horario vespertino.
Recientemente, el alcalde de la urbe carioca, Eduardo Paes, admitió que el paseo marítimo de la playa de Copacabana de Río podría albergar por primera vez la tradicional revista castrense del Día de la Independencia.
«La Avenida Atlántica, en caso de que se quiera hacer ahí el evento, presenta algunos desafíos (…) que pueden superarse si hay organización y planificación y si se permiten cambios en la estructura tradicional del evento», escribió Paes en la red social Twitter.
Copacabana es el escenario tradicional de las manifestaciones de la derecha, por lo que analistas estiman que con el cambio de sitio el excapitán del Ejército busca convertir la parada en un acto de apoyo a su gobierno, a la que asistirán los jefes de Estado de Cabo Verde, Guinea-Bissau y Portugal.
En la mañana de este miércoles, Bolsonaro además marcará presencia en el desfile de la fiesta por la emancipación en la Explanada de los Ministerios en Brasilia, donde sus adeptos, víspera de la fecha el pasado año, rompieron el bloqueo que impedía el acceso de vehículos a esa zona y existía el temor de que intentaran entrar en el Supremo Tribunal Federal.
También un hecho inédito para este año resultó la visita del corazón de Don Pedro I, conservado en formol hace 187 años, transportado a Brasil a finales de agosto y expuesto en el Palacio de Itamaraty (sede de la cancillería) hasta mañana, cuando regresa a Portugal.
jha/ocs