El Senado dio luz verde este jueves a la legislación promovida por el gobierno laborista que supone una mejora sustancial en la meta de reducción de ese indicador fijada por el anterior ejecutivo conservador, de entre 26 y 28 por ciento.
La misma acelerará los esfuerzos del país oceánico en la lucha contra la crisis climática.
Sin embargo, la nueva meta no contenta a todos los sectores políticos, pues el Partido Verde reclama una reducción de emisiones de al menos un 75 por ciento para el 2030 y recalca la prohibición de todos los futuros proyectos de carbón y gas.
El primer ministro, Anthony Albanese, durante su campaña electoral, prometió plasmar en el legislativo el compromiso con la lucha climática y fomentar las inversiones en energía renovable.
“Es hora de superar el debate sobre los objetivos y pasar al ‘cómo’”, reclamó hoy Albanese en la red social Twitter.
Australia, uno de los principales exportadores mundiales de carbón y gas natural, tardó en adoptar objetivos climáticos, incluso cuando el país sufre por incendios forestales e inundaciones cada vez más intensas.
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