Poco después del mediodía de este jueves, el Palacio de Buckingham informó que la monarca de 96 años se encuentra bajo supervisión médica en el castillo de Balmoral, Escocia, y que los doctores que la atienden están “preocupados” por su salud, la cadena pública BBC reajustó su programación, y el canal Uno solo transmite noticias y comentarios sobre la realeza.
Hasta la publicación de la noticia, el tema que acaparaba la atención de los británicos era el debate que tenía lugar en la Cámara de los Comunes del Parlamento, donde la primera ministra, Liz Truss, presentó su plan energético para enfrentar el alza de la tarifa eléctrica y la crisis del costo de la vida.
La flamante gobernante confirmó que congelará el precio tope de las facturas energéticas de los consumidores por al menos dos años, levantará la moratoria sobre el método de fracturación hidráulica (fracking) para extraer el gas de esquisto, y fomentará el uso de la energía nuclear.
El debate que siguió al anuncio de Truss se antojaba acalorado, sobre todo por la negativa de la nueva jefa de Gobierno a tomar el consejo de la Oposición de financiar sus propuestas con un impuesto único sobre las ganancias de las petroleras, pero todas las televisoras locales enfocaron sus cámaras hacia Balmoral.
A falta de una actualización sobre el estado de salud de la monarca por parte del Palacio de Buckingham, la BBC, Sky News y otras cadenas se volcaron a entrevistar expertos en temas de la realeza.
Ojalá que esto sea una tormenta pasajera que pueda ser superada, pero a juzgar por la cuidadosa selección de las palabras usadas en el comunicado, algo grave está pasando, afirmó el excorresponsal de la BBC para asuntos de la realeza Richard Summer.
En opinión de otros expertos, el hecho de que los cuatro hijos de la reina -Carlos, Ana, Andrés y Eduardo-, además de los nietos Guillermo y Enrique, se encuentran ya en Balmoral habla también de la gravedad de la situación.
El martes pasado, y por primera vez en los 70 años de reinado de Isabel II, la ceremonia de relevo de un primer ministro no tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, y tanto el dimitente Boris Johnson como su sustituta, Liz Truss, debieron viajar a Escocia para presentar su renuncia y recibir el beneplácito para formar gobierno, respectivamente.
En las fotografías de la audiencia con Truss divulgadas por la casa real británica, se observa a Isabel II encorvada y con un aspecto frágil.
La víspera, la monarca tampoco asistió a una reunión virtual del Consejo Privado por recomendación de sus médicos.
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