Las declaraciones de Lapid reflejan las órdenes del gobierno de ocupación a sus soldados de disparar a matar a cualquier ciudadano palestino, denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Asimismo, advirtió que Tel Aviv tiene plena responsabilidad por sus violaciones y crímenes contra los habitantes de la franja de Gaza y Cisjordania.
Las autoridades de ese país brindan protección total a asesinos y criminales, a quienes alienta a ejecutar más matanzas, sin ningún escrúpulo por la ley, la moral o los principios, subrayó.
Las Fuerzas de Defensa israelíes admitieron el lunes que existen “muchas posibilidades” de que uno de sus efectivos matara a Abu Akleh durante una redada castrense en la ciudad de Jenin, norte de Cisjordania.
La comunicadora se encuentra junto a otros profesionales del sector en el lugar para cubrir los acontecimientos cuando fue alcanzada por un disparo en la cabeza.
“…Que nadie se confunda, nuestros soldados tienen el respaldo total del Gobierno”, subrayó la víspera Lapid.
El 26 de mayo último, el fiscal general palestino, Akram Khatib, reveló los resultados de una investigación sobre ese crimen que apuntó a los uniformados del vecino país.
Los soldados le dispararon cuando intentaba huir de la zona, aseguró durante conferencia al presentar las conclusiones de la pesquisa.
La bala fue disparada desde una distancia de 170 a 200 metros por un francotirador con una línea de visión clara, subrayó.
Por su parte, la también comunicadora palestina Shatha Hanaysha, quien se encontraba en el lugar cuando estalló el tiroteo, acusó a las fuerzas de Tel Aviv del asesinato.
“Vimos que se acercaban vehículos militares israelíes y también notaron nuestra presencia (…) No fue en absoluto un caso de identidad equivocada”, afirmó.
Varias pesquisas de medios de prensa, como la televisora estadounidense CNN, y la ONU también culparon a esa nación por la muerte de la periodista, el 11 de mayo.
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