Durante un discurso televisado con motivo de los 40 días del Imam Hussein (líder venerado por los musulmanes chiita), el jefe de la Resistencia islámica libanesa subrayó que no se puede permitir la explotación del campo de Karish por parte de Israel antes de que Líbano obtenga sus demandas. Nasrallah puntualizó que “dimos una oportunidad real para las negociaciones con el objetivo de extraer el gas del Líbano y no buscamos ningún problema».
La máxima figura de Hizbulah aseguró que, a pesar de no ser parte de las conversaciones en la demarcación de las fronteras marítimas con Tel Aviv, “los ojos y los misiles de la Resistencia están puestos en Karish”.
Enfatizó que, si se impone la confrontación será absolutamente inevitable, pues israelíes, estadounidenses y otros tienen suficientes datos sobre la seriedad de la Resistencia y “que no están bromeando sobre el asunto».
Al abordar el escenario local, Nasrallah expresó esperanza en la formación del nuevo gobierno y destacó la necesidad de hacer concesiones y cumplir las elecciones presidenciales en su fecha constitucional.
El secretario general de Hizbulah señaló que el próximo mandatario del país debe tener la base más amplia posible, política y popularmente, para cumplir con su rol legal y constitucional.
Al comentar sobre las recientes incursiones de varios bancos libaneses, Nasrallah insistió que el tratamiento de seguridad no es suficiente y los funcionarios deben formar una célula de emergencia para encontrar soluciones reales.
En la arena regional, el líder de Hizbulah elogió el reordenamiento de las relaciones entre el movimiento palestino Hamas y Siria, al catalogarla de posición sólida y paso correcto en el fortalecimiento de las fuerzas de la resistencia y la confrontación a la ocupación.
Durante su alocución, Nasrallah rindió homenaje a las víctimas de la masacre de Sabra y Chatila, perpetrada por partidos libaneses alineados a las fuerzas israelíes durante la invasión de 1982.
Calificó el suceso como el genocidio más grande y atroz cometido en la historia del conflicto árabe-israelí, tras el asesinato de mil 900 mártires libaneses y casi tres mil palestinos, además de centenares de desaparecidos.
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