Según el diario electrónico The Times of Israel, ese número es más del doble al contabilizado el año anterior.
La cifra marca el número de visitas, no de visitantes, por lo que no está claro si la estadística representa un aumento importante en la cantidad de peregrinos, pero todo indica que sí, detalló.
El periódico reconoció que el recinto “tiene un significado nacional particularmente fuerte para los palestinos”.
El sitio sagrado es venerado tanto por musulmanes, que lo llaman Explanada de las Mezquitas, como por judíos, que lo conocen como el Monte del Templo.
Para los primeros porque en su interior está la mezquita de Al Aqsa, mientras para los segundos porque allí se construyeron sus dos templos bíblicos.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas a los judíos solo se les permite visitar el complejo, con numerosas condiciones, pero no rezar.
Esta comunidad realiza sus plegarias en el muro occidental, conocido como Muro de los Lamentos o de las Lamentaciones, que constituye una barrera exterior de la explanada y representa el único vestigio el segundo templo bíblico, construido por el rey Herodes.
Ante el aumento masivo en el número de visitantes y la lenta expansión de la oración judía en el sitio, las autoridades musulmanas y palestinas denuncian que Tel Aviv intenta cambiar el statu quo, resaltó el rotativo.
En abril último estallaron violentos choques como consecuencia de las incursiones de la Policía israelí en respaldo a las visitas de judíos durante el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.
En julio del pasado año, el entonces primer ministro israelí, Naftali Bennett, afirmó que sus compatriotas tienen derecho a rezar allí, aunque días después su Gobierno reculó entre la ola de críticas.
La explanada forma parte de la ciudad vieja, ubicada en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el ejército de Israel durante la guerra de 1967.
mgt/rob