Según aplicaciones en línea y cambistas, la tasa informal tocó en esta jornada el umbral de las 38 mil 600 libras por cada billete verde, para superar el máximo de 37 mil registrado el pasado 27 de mayo.
Desde el verano de 2019, la moneda nacional enfrenta una devaluación de alrededor el 95 por ciento, mientras el cambio oficial continúa en mil 507 para coincidir con una grave crisis de liquidez y el cese de los bancos de proporcionar a los depositantes su dinero en dólares.
Los analistas vinculan el deterioro del valor de la libra libanesa y el aumento de la demanda del dólar, especialmente con el levantamiento gradual del Banco Central de los subsidios a la importación de los principales productos básicos, el último de los cuales es el combustible, la semana anterior.
En este contexto, el Banco Central comenzó a operar a través de la plataforma Sayrafa para aliviar las tensiones, a una tasa que fluctúa y hoy cerró a un cambio de 29 mil 800 libras por dólar.
Durante su primera jornada en Beirut, la delación del FMI intercambió con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el ministro de Finanzas interino, Yousef Al-Khalil, con el propósito de constatar las medidas previas al acuerdo de ayuda.
A inicios de abril, el FMI anunció un pacto preliminar con Líbano sobre un plan de apoyo por valor de tres mil millones de dólares durante cuatro años, pero su implementación está vinculada al compromiso del gobierno de implementar reformas previas.
En el listado de exigencias del Fondo aún están pendientes la aprobación de la ley de Control de Capitales que restringe los retiros y transferencias de divisas de los bancos, el presupuesto general de 2022 y la reestructuración del sector bancario.
La semana última, Líbano registró siete redadas a sucursales bancarias por parte de depositantes que reclamaron su dinero ante la indiferencia política y el agravamiento de las condiciones de vida.
Como respuesta a los ataques, la Asociación de Bancos de Líbano anunció el cierre de sus instituciones por tres días desde hoy y hasta el miércoles; en una acción que contribuyó a una mayor apreciación del tipo de cambio, de acuerdo con economistas.
Un informe divulgado a principios de mayo por el relator especial de Naciones Unidas sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, Olivier De Schutter, señaló que el Banco Central llevó al Estado libanés a un sistema que protege a los ricos mientras deja a las familias pobres en desamparo.
La mayoría de los libaneses responsabiliza al gobernador del Banco Central, Riad Salameh, como uno de los artífices de la peor crisis del país en décadas que arrastra a cuatro de cada cinco ciudadanos a la pobreza.
Ante este panorama, el jefe del Consejo Ejecutivo de Hizbulah, Hashem Safi Al-Din, denunció ayer que Estados Unidos impide el progreso de Líbano bajo el asedio y las presiones a políticos y funcionarios.
El miembro de la Resistencia islámica libanesa aseguró que el país cuenta con propiedades y capacidades para salir de la actual crisis mediante la implementación de planes comprometidos con el bienestar del pueblo; sin embargo, la administración estadounidense dificulta cualquier solución.
rgh/yma