Rubio integra la tripulación estadounidense que forma parte de la Expedición 68 de la Estación Espacial Internacional (ISS), y que partió este miércoles desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajstán
El astronauta de origen salvadoreño salió a una misión de seis meses para regocijo de sus compatriotas que lo consideran su representante en este tipo de eventos que por la región de Latinoamérica inició el cubano Arnaldo Tamayo, quien viajó al espacio en la nave Soyuz 38, el 18 de septiembre de 1980.
El astronauta de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos está acompañado por dos cosmonautas rusos de Roscosmos para unirse a la tripulación de la Expedición 67.
Según información de la NASA, el hijo de una salvadoreña es el primer miembro de la tripulación estadounidense en volar en una nave espacial rusa desde la firma de un acuerdo de «intercambio de asientos» a principios de este año.
Deseo de todo corazón que muchos niños de El Salvador puedan seguir los pasos de Frank, dijo hoy la madre de Rubio, Myrna Argueta, al presenciar el lanzamiento desde un espacio que ambientó Casa Presidencial en esta capital.
El tripulante se unió a una exclusiva lista de astronautas latinoamericanos y de ese origen que viajaron al espacio cósmico, y tal vez por eso muchos nacionales de este país ahora se sientan orgullosos de que el llamado Pulgarcito de las Américas tenga “ojos en el cielo”.
Cuando el cosmonauta y sus colegas rusos lleguen a la Estación Espacial Internacional, formarán equipo con tripulantes de Estados Unidos, Rusia y Europa que se encuentran allí desde hace meses.
La estación espacial, que continuamente aloja personas a bordo desde el año 2000, tiene una base rotatoria de miembros de tripulación para garantizar que el laboratorio en órbita cuente con suficiente personal para conservar el hardware de la estación espacial y mantener el registro extenso de los experimentos en curso.
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