Un sondeo divulgado la víspera sostuvo que nueve de cada 10 personas consultadas apoya los planes del mandatario de seguir al timón del país en períodos consecutivas, algo que hasta ahora se consideró inconstitucional.
Desde el anuncio oficial del plan el 15 de septiembre, Día de la Independencia, el tema es comidilla en todo el país, unos, aparentemente pocos, se oponen al propósito, mientras una mayoría le da un voto de confianza al joven gobernante para continuar aplicando sus políticas, entre ellas contra la violencia o convertir al país en un modelo de las criptomonedas.
Según el estudio de la casa encuestadora TResearch International existe un amplio respaldo de los salvadoreños a la reelección presidencial.
Ante la pregunta, “¿votaría o no votaría por Nayib Bukele en caso de que decida reelegirse?”, el 94.3 por ciento de los consultados respondió afirmativamente.
Sin embargo, en este escenario no faltan las interpretaciones, en unos casos antojadizas y en otras bien fundamentadas, que descalifican los planes para avanzar a otro período de gobierno.
En realidad, entre los criterios que más destacan y que obvian la prohibición constitucional a la reelección, está que es el soberano, el pueblo, quien debe definir si el hoy hombre fuerte de El Salvador se mantiene en el cargo, o si un voto de castigo lo evita.
Expertos y observadores advierten que el Partido Nuevas Ideas, en el gobierno, tiene en sus manos todos los resortes para consumar los planes para que su abanderado sea su “caballo de carrera” pero, será el pueblo quien falle sobre ese propósito.
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