Los ciudadanos rusos que abandonen su país para evitar el llamado a filas por la orden de Putin de movilización de reservistas quedarán fuera de la prohibición para recibir visa de entrada a la República Checa, afirmó el canciller de este país, Yan Lipavski.
El ministro checo de Relaciones Exteriores, quien arremetió ayer en Naciones Unidas contra la operación militar anunciada por el mandatario ruso el pasado 24 de febrero para desmilitarizar a Ucrania, se refirió a esa posibilidad durante su estancia en Nueva York.
Una línea similar siguieron las declaraciones del primer ministro checo, Petr Fiala, quien afirmó que su nación analizará las peticiones de asilo humanitario de los posibles desertores rusos, algo visto en Moscú como una incitación a subvertir el orden interno.
La víspera, Putin denunció los intentos de potencias occidentales de desmembrar a Rusia en pequeñas regiones, enfrentadas entre ellas, y firmó una decreto para movilizar a reservistas que, según el ministerio ruso de Defensa, podrían llegar a 300 mil en esta etapa.
Además, el jefe de Estado ruso saludó la preparación de referendos de soberanía y posterior adhesión a Rusia en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como en las zonas bajo control ruso en las provincias ucranianas de Zaparozhie y Jerson.
En su momento, la Cancillería de Rusia consideró que uno de los principales objetivos de más de 10 mil medidas punitivas unilaterales aplicadas por Occidente contra ese país consiste en crear condiciones para alentar la oposición al Gobierno, algo que no ha sucedido.
La República Checa, pese a tener una gran dependencia del gas suministrado por Rusia para su consumo energético interno, es uno de los principales promotores en Europa de las restricciones contra Moscú.
ro/to