En una carta enviada a las delegaciones presentes en el 77 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y leída por su canciller Carlos Faría, el mandatario se refirió a la “campaña perniciosa” mundial de descrédito y estigmatización tejida contra la nación sudamericana.
La cual, dijo Maduro, fue dirigida contra el pueblo, las instituciones republicanas y “Constitución democrática”.
El jefe de Estado comentó que muchos han oído hablar de Venezuela, pero paradójicamente poco se sabe en relación con su verdad política, identidad histórica y realidad concreta.
Afirmó que el objetivo de esta campaña contra Caracas no es otro que el de “crear las condiciones objetivas” para asfixiar política y económicamente cualquier intento por crear alternativas a un sistema imperialista y depredador como el del capitalismo en todas sus fases históricas.
Un modelo, opinó, que “en nombre de la libertad se convirtió en la versión moderna de la colonización”.
Señaló que durante las dos últimas décadas se celebraron en Venezuela 29 elecciones libres que han ido defendiendo nuestro modelo social, económico, político, al que denominaron “socialismo bolivariano”, y esa es la razón de las múltiples agresiones, acotó.
Maduro manifestó que imponiendo su relato falso “nos acusan de ser una dictadura y un estado fallido” para ocultarle al mundo la verdad.
Al abundar sobre las medidas aplicadas a su país, el jefe de Estado expresó que en lo político el imperialismo “viene empleando fallidamente” y de manera ilegal el método de cambio de régimen, así como propició un intento de magnicidio y de invasión.
También, apuntó, crearon movimientos sediciosos contra la Constitución y hasta inventaron un “Gobierno paralelo ficticio que rayó en lo ridículo”.
Sobre el impacto económico, aseveró que sobre el país pesan 913 sanciones ilegales que impiden al pueblo vender y comprar lo que produce y necesita para el desarrollo y el goce de la existencia individual y colectiva.
Señaló que la guerra económica ocasionó pérdidas en los últimos años por encima de los 150 mil millones de dólares y la cual se incrementó durante el período más grave de la pandemia al imposibilitar comprar insumos médicos, medicinas y vacunas.
El presidente venezolano aseguró que pese a las sanciones ilegales jamás pudieron torcer la voluntad del pueblo, sino que la afianzan del mismo modo en que se fortalece la conciencia y la «determinación a ser libres”.
Aún en las peores circunstancias nuestro modelo protege y prioriza al ser humano en sus derechos sociales, el acceso a la vivienda, a la educación, la salud el trabajo y la cultura, remarcó.
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