Esa cantidad en manos del uno por ciento más rico es superior al año precedente, no solo por el volumen del patrimonio que atesoraron, sino también porque creció en más de cinco millones las personas que alcanzaron el nivel de millonarios.
Credit Suisse señaló que casi la mitad de esos nuevos ricos residen en Estados Unidos, y en su conjunto representan el mayor incremento registrado en cualquier país y en cualquier año de este siglo.
De acuerdo con la compañía de asesoria financiera Bloomberg, el número de millonarios en todo el mundo crecerá un 40 por ciento en los próximos cinco años, pese a que el alza de las tasas de interés y la guerra en Ucrania provocan el desplome de las clases de activos y las fortunas privadas este año.
El informe de Credit Suisse incluyó también el aumento de la riqueza mundial agregada, que el pasado año fue de un 9,8 por ciento y alcanzó los 463,6 billones (millón de millones) de dólares, con Estados Unidos y China al frente de las lista de países que más sumaron.
La norteña nación aportó algo más de la mitad del incremento global de esa fortuna, mientras el gigante asiático tributó una cuarta parte. África, Europa, India y América Latina, por su parte, representaron en conjunto apenas el 11,1 por ciento del ascenso del patrimonio mundial.
En las previsiones para los próximos cinco años, el informe pronosticó que serán las naciones de ingresos medios el principal motor de la economía mundial, las cuales se espera que generen el 42 por ciento del desempeño global.
Al referirse al reparto de la riqueza Credit Suisse sostuvo que durante este siglo la desigualdad mundial ha disminuido empujada por el crecimiento acelerado de los mercados emergentes.
La evaluación de ese ente emisor calificó 2021 como un buen año para las finanzas, ya que la reducción de los tipos de interés y las políticas de los bancos centrales para salvar la crisis derivada de la pandemia favorecieron el aumento de la riqueza de las familias.
En las proyecciones para este 2022, la entidad se mostró cauta y sostuvo que el conflicto en Ucrania, la inflación y el alza de las tasas de interés podrían frenar el crecimiento del patrimonio de los hogares a corto plazo.
La realidad es que a una tímida recuperación en 2021 le siguió una evolución cada vez más sombría en el corriente en la medida que los riesgos empezaron a materializarse: la producción mundial se contrajo en el segundo trimestre del año por la desaceleración de China y Rusia, mientras que el gasto de los consumidores estadounidenses no alcanzó las expectativas.
Además, otras perturbaciones afectan a una economía mundial ya debilitada por la pandemia, entre ellas, una inflación global mayor de la esperada, especialmente en Estados Unidos y las principales economías europeas, la cual desencadenó un endurecimiento de las condiciones financieras.
No menos agresivo es el impacto de las sanciones impuestas por Washington y Bruselas a Rusia por su operación militar especial en Ucrania, cuyo efecto boomerang ataca a la economía de los hogares europeos por la escasez y los elevados precios de la energía y los alimentos, y ya provoca paros y reducción en la producción, despidos, suspensiones y cierres en muchas fábricas.
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