Según su directiva, los trabajos constructivos incluyeron la creación de una nueva galería que amplía el espacio expositivo de la instalación.
El estudio de arquitectura, a cargo de los cambios, uso los patios del añejo edificio de estilo neoclásico del museo belga, levantado en 1890, al que siempre le faltó espacio para acoger una colección creciente.
Los constructores crearon una nueva ala que le permitió ganar al inmueble un 40 por ciento de espacio adicional, luego de las obras valoradas en 100 millones de euros.
Con los nuevos espacio abiertos al público desde este sábado, el sitio cuenta ahora con 21 mil metros cuadrados con una colección de más de ocho mil 400 piezas, con obras de los maestros flamencos del siglo XIV y hasta creaciones del siglo XX.
El presidente del museo, Luk Lemmens, destacó que aunque la institución todavía se asocia solo con los maestros antiguos, el área ganada permitirá dar el lugar que merece a la colección de arte moderno que ha crecido con donaciones y con adquisiciones de los diferentes equipos directivos.
Explicó que el 78 por ciento del fondo del museo, en su mayoría pinturas y esculturas, son posteriores a 1880 y entre ellas destacan las principales muestras de los pintores belgas flamencos Rik Wouters y James Ensor, que contarán con propia ala en la renovada institución. jf/mml