Al recibir al ministro de Trabajo en el gobierno interino, Mostafa Bayram, el mandatario libanés aseguró que el expediente de gas y petróleo va por buen camino y «quizás escuchemos cosas positivas en un futuro próximo», sentenció.
El jefe de Estado enfatizó que las cartas de poder existentes en la arena libanesa refuerzan la adhesión a la soberanía y los derechos de la nación a beneficiarse de la riqueza en sus aguas.
Aoun subrayó que el archivo de la disputa fronteriza con Tel Aviv daría solvencia económica a Líbano ante el agravamiento de la peor crisis en su época moderna.
El presidente libanés destacó que la política de Líbano es unir, no dividir y llamar al diálogo entre los países árabes.
Por su parte, el titular Bayram anunció la realización la semana siguiente de una reunión del Comité del Índice para dar seguimiento a la evolución del costo de vida, además actualizó los resultados de su asistencia a la conferencia de la Organización Árabe del Trabajo en El Cairo días atrás.
Líbano defiende la posición unificada en relación a la Línea 23 y todo el campo de Qana, una zona rica en petróleo y gas en disputa, que abarca unos 860 kilómetros cuadrados.
A inicios de junio pasado, la presencia de la plataforma Energean Power al servicio de Israel en la frontera sur de Líbano con Palestina ocupada avivó la disputa marítima con Tel Aviv.
Devaluación de la moneda nacional, inflación, altos precios de los combustibles, hospitalización, medicamentos y artículos de primera necesidad complejizan el escenario político-social de Líbano, en medio de la ausencia de un gobierno y el plazo constitucional para elegir al próximo presidente de la República.
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