El mundo aún tiene que recuperarse de la pandemia de la Covid-19 y la actual situación geopolítica exacerba la crisis mundial en materia de alimentos y nutrición, explicó el funcionario en la reunión en Bali de titulares de la agricultura de los países del G20.
Dijo que lo anterior representa una grave amenaza para la accesibilidad y asequibilidad de los alimentos que afecta más a los países en desarrollo.
Trascendió en el foro que alrededor de 828 millones de personas en el mundo padecen hambre desde 2021 y otras 670 millones podrían enfrentar esa situación en 2030.
Ante este panorama, Syahrul Yasin Limpo resaltó la importancia de la unidad entre los miembros del G20 y del multilateralismo como clave para avanzar también en el logro de la sostenibilidad y un comercio justo y eficiente.
También convocó a abordar los desafíos con el empuje de la transformación de la agricultura y los sistemas alimentarios para resistir futuros impactos.
Los participantes coincidieron en la necesidad de equilibrar la producción y el comercio de alimentos para cumplir con las necesidades de la población, dada la creciente demanda mundial y los recursos de apoyo limitados.
En un documento plantearon la importancia de proseguir la investigación sobre la base de la ciencia y tecnología de los alimentos y bajo el compromiso de vigilar el enfoque sanitario a lo largo de la cadena de producción.
El texto conclusivo de la reunión incluye propuestas para aumentar la producción sostenible y la diversificación, así como reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, y será presentará a la Cumbre de Líderes del G20 que se efectuará en Bali los días 15 y 16 de noviembre.
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