El presidente de esa entidad, Marino Murillo, definió a la occidental provincia de Pinar del Río como determinante en el empeño, pero para ello, aclaró, hay tareas imprescindibles que asumir.
La número uno es extraer todo el tabaco protegido en casas de cura natural y depósitos. De las 41 mil toneladas existentes en la nación, 33 mil están en esta provincia que reporta la destrucción del 80 por ciento de la infraestructura dedicada a esos fines, comentó.
Para contribuir a liberar esas instalaciones, donde permanecía lo acopiado en los campos, se trasladarán entre 15 mil y 17 mil toneladas hacia otras provincias y se retomará con urgencia la riega de semilleros.
Ello es elemental para comenzar las siembras porque Pinar del Río perdió prácticamente la totalidad de los semilleros que aportan las plántulas demandadas durante de la campaña, precisó.
La otra tarea está relacionada con el reciclaje de todo el material disponible en escogidas, despalillos y casas de cura natural que esté en buenas condiciones porque hoy el elemento más deficitario que tenemos en el país es la madera, agregó el presidente de Tabacuba.
Las acciones tempranas de los vegueros de esta provincia, que aporta más del 70 por ciento a la producción nacional, impidieron que las 650 toneladas de tabaco tapado destinadas a la elaboración de los afamados habanos, no sufriera daños.
Esa capa, dijo, se empleará en el torcido de exportación del próximo semestre cuando el país deberá producir unos 50 millones de puros.
En relación con el inicio de las siembras, que abarcarán 15 mil hectáreas en toda la nación, Marino Murillo aseveró que Cuba mantiene el propósito de plantarlas aunque está por definir el área que corresponderá a Pinar del Río.
El programa de esta provincia dependerá de las casas de cura que se puedan reconstruir. Hacemos todos los esfuerzos para protagonizar una buena campaña y para ello contamos con la dedicación, experiencia y cultura de los vegueros vueltabajeros, concluyó el presidente de Tabacuba
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