A los pocos minutos de comenzar su intervención en el centro de convenciones de Birmingham, dos activistas de la organización ecologista se levantaron de sus asientos, y levantaron una gran pancarta donde se leía: “¿Quién votó por esto?”
Las dos mujeres, que portaban credenciales de delegadas, según se pudo apreciar en la transmisión en vivo de la televisión local, también gritaron contra el “fracking”, la técnica que consiste en inyectar agua y otras sustancias en el subsuelo para extraer gas y petróleo de esquisto, antes de ser sacadas del lugar por los guardias de seguridad.
En un comunicado emitido poco después por la directora de Relaciones Públicas de Greenpeace UK, Rebecca Newsom, acusó a Truss de hacer pedazos el manifiesto electoral del Partido Conservador, que en 2019 se comprometió a respetar la moratoria sobre el controvertido método de extracción.
El pueblo votó por una acción fuerte sobre el clima, una moratoria sobre el fracking, una protección medioambiental de nivel mundial, y por atacar la pobreza y la desigualdad, pero lo que está recibiendo es una andanada de leyes sobre la protección de la vida silvestre y de la naturaleza, además de la posibilidad de un recorte de los beneficios, agregó.
El método de fracturación hidráulica fue prohibido en el Reino Unido años atrás por su posible relación con los terremotos, pero el nuevo ministro de Empresas y Energía, Jacob Rees-Mogg, anunció el 22 de septiembre pasado se levantará la moratoria para incrementar las fuentes domésticas de energía, y reducir la dependencia de las importaciones de hidrocarburos.
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