El mandatario dijo que Buenrostro ha tenido un desempeño muy positivo ante el SAT porque bajo su dirección la recaudación impositiva y general no ha bajado, y es una servidora pública ejemplar, le tenemos toda la confianza y ella va a ser la próxima secretaria de Economía.
Buenrostro, explicó, es una licenciada en matemáticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se le otorgó la medalla Gabino Barreda con la tesis “Acerca del teorema de Miller-Teply”.
Tiene una maestría en Economía por El Colegio de México con el trabajo “Comportamiento del tipo de cambio dentro de una banda: análisis de los efectos debidos a la intervención intramarginal del Banco Central”.
De acuerdo con la ficha curricular dada a conocer por el gobierno federal, la funcionaria cuenta con una trayectoria de más de 20 años dentro de la administración pública, donde ha tenido varias funciones.
Entre ellas, directora general de Administración en la Secretaría de Turismo; directora general de Innovación y Calidad en la Secretaría de Educación Pública; directora general adjunta de Control Presupuestario en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; gerente de Planeación y Desarrollo en Petróleos Mexicanos y subtesorera de Política Fiscal en el gobierno de la Ciudad de México. Dentro de la academia, ha impartido diversos cursos de matemáticas y economía en la UNAM y El Colegio de México.
Buenrostro asume ese despacho, uno de los más importantes del gobierno, con el hándicap de una crisis inflacionaria severa como no padecía el país desde hacía muchísimos años cercana a los dos dígitos, pero todavía más moderada que la de su vecino estadounidense y otras naciones.
El Fondo Monetario Internacional le acaba de comunicar que, no obstante, de que supera los 8,9 puntos porcentuales, México está bien posicionado para navegar en un entorno económico “potencialmente turbulento”, dada la prudencia en la política macroeconómica y los sólidos marcos de política fiscal y monetaria.
Pero advirtió que enfrenta un entorno desafiante, ya que la inflación global ha aumentado y, si bien la recuperación pospandemia ha sido relativamente gradual, la inflación interna se ha acelerado a niveles no observados en dos décadas.
Precisó que, en general, las condiciones financieras mundiales se han endurecido a medida que los bancos centrales han respondido a la alta inflación, lo que aumenta los riesgos de reversiones de los flujos de capital en las economías de mercados emergentes.
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