Más de 25 mil páginas de documentos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel demuestran los profundos lazos militares entre Tel Aviv y Myanmar desde la década de 1950 hasta principios de 1980, según el diario israelí Haaretz.
De acuerdo con el informe, todos los dirigentes israelíes consideraron la guerra civil que se desató en el país asiático, como una oportunidad diplomática y comercial para las fuerzas de guerra y las industrias militares.
“Israel ayudó al ejército a reorganizarse como una fuerza moderna, lo armó y lo entrenó, y contribuyó a consolidar su posición como el elemento más poderoso del país. Inicialmente permitió al ejército administrar el país entre bastidores y luego eliminar el liderazgo civil y forjar una variedad de regímenes militares diferentes”, señala el texto, citado por el medio de prensa.
Los documentos revelan que uno de los principales objetivos de Tel Aviv era ganar el apoyo de Birmania en foros internacionales a cambio de su apoyo armamentístico.
“Estamos interesados en establecer una conexión entre nuestro Mossad y el Mossad birmano”, escribió Kalman Anner, entonces director de Asia Desk, en enero de 1982 después de que el régimen israelí viera la limpieza étnica de los Rohingya como una oportunidad.
Esa comunidad musulmana originaria del estado de Rakhine, en Myanmar (Birmania), tiene una herencia que se remonta a Bengala oriental, ahora Bangladesh,más de un millón de miembros de esta etnia huyeron del genocidio en Myanmar a través de la frontera desde principios de la década de 1990.
La oficina de derechos humanos de la ONU denunció en marzo pasado que la junta militar de Myanmar cometió abusos generalizados contra civiles que pueden constituir crímenes de lesa humanidad.
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