Este platillo se encuentra prohibido en diferentes partes del mundo, mientras que en los países en los cuales está permitido, se debe seguir un protocolo estricto para su elaboración debido a las diversas toxinas en la piel y los órganos del anfibio.
Su manipulación es muy delicada y solo a quienes hayan superado un riguroso entrenamiento se les permite cocinarlo.
De acuerdo con datos del portal Science in Africa, es probablemente uno de los cinco platos que más intoxicaciones instantáneas causan en el mundo: de 2012 a 2019 se registraron una decena de personas afectadas por su consumo en Namibia.
La rana mugidora puede llegar a pesar dos kilos. Si se ingiere una dosis muy alta de sus toxinas, se pueden “apagar” los impulsos nerviosos de un comensal y causar, en cuestión de horas, náuseas, parálisis y el bloqueo total de varios órganos del cuerpo.
Pese a ello, para muchos resulta un manjar sumamente exótico y aceptan el riesgo de su degustación, pues alegan que su carne es una exquisitez.
Por lo general, se cocina entera, aunque sin los órganos internos, que pueden resultar altamente tóxicos.Según la tradición, nunca debe consumirse antes de la tercera lluvia.
Varios países del sur de África también incluyen este platillo en su dieta y muchos consideran que, si el animal se ha apareado, entonces no hay peligro a la hora de elaborar el platillo. Eso sí, siempre manejando con mucho cuidado la piel y los órganos.
(Tomado de Orbe)