Los ataques efectuados con misiles, morteros, tanques y artillería pesada apuntaron contra los poblados ubicados en los municipios de Ain Issa y Tal Abyad, y en ambos lados de la carretera internacional M4, en las áreas controladas por la milicia Fuerzas Democráticas de Siria (FDS).
De acuerdo con los lugareños, la mezquita de la aldea Al-Fatsa, al este de Ain Issa, fue bombardeada y destruida parcialmente, mientras la ciudad de Manbij, al noreste de Alepo, fue blanco de bombardeo con armas pesadas y proyectiles de artillería.
Las acciones bélicas de los uniformados de Ankara, presentes ilegalmente en esta nación, ocasionaron grandes daños materiales en las viviendas y propiedades de los pobladores.
El ejército turco escaló sus acciones bélicas tras declarar su intención de controlar una franja fronteriza de 30 kilómetros de profundidad en territorio sirio, con el argumento de eliminar la amenaza de las milicias kurdas.
Desde 2018 los militares de la nación euroasiática y agrupaciones armadas ilegales lograron mediante tres operaciones denominadas Ramo de Olivo, Fuente de Paz y Escudo del Éufrates controlar extensas áreas en las provincias de Idlib, Alepo, Raqa y Hasakeh.
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