Lideresas, autoridades y representantes de comunidades originarias de cerca de 10 países de América Latina y el Caribe, coincidieron en que No hay nada que celebrar este 12 de octubre, una fecha símbolo de siglos de opresión, despojo, racismo y violencia.
En la declaración final del evento «Mujeres caminando por el Buen Vivir», las participantes exigieron a los Estados la no criminalización de quienes luchan por la defensa de la democracia y la gobernabilidad, ratificaron su solidaridad con el Gobierno y pueblo de Perú, y del Abya Yala.
«Las mujeres indígenas, expresa el texto, estamos convencidas y comprometidas en la construcción de una sociedad plurinacional, incluyente, justa y coherente para transformar la vida de la Pachamama de las presentes y futuras generaciones».
«Nos tienen miedo porque saben que no tenemos miedo. Estamos más fortalecidas que nunca», afirmaron en el Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular, en lugar del Día de la Raza o de la Hispanidad desde la visión de los colonizadores.
Otra de las conclusiones apunta a eliminar el patriarcado y la violencia para avanzar conjuntamente hacia relaciones de complementariedad que restablezcan el equilibrio de los hogares, comunidades y organizaciones políticas.
Asimismo, abogaron por impulsar y respaldar la participación política de las mujeres, a pesar de la falta de garantías y espacios para la toma de decisiones tanto dentro de las estructuras del Estado como de las comunidades.
Entre los temas a examen estuvo el impacto negativo de las empresas extractivistas y megaproyectos con la complicidad y tutela de los gobiernos para «saquear, despojar y mercantilizar nuestros territorios, saberes y conocimientos ancestrales y colectivos».
Además, denunciaron cómo ocasionan violencia, persecución, criminalización, pobreza, hambre, ruptura del tejido social, desplazamientos y hasta la migración forzada.
Las distintas comisiones de trabajo analizaron, además, la agudización de la violencia sexual y sistemática de las mujeres indígenas en la región, la crisis climática, los desalojos de sus tierras y las pocas oportunidades laborales.
Por Guatemala, la diputada y representante del Movimiento para la Liberación de los Pueblos, Vicenta Gerónimo, ratificó que el propósito de estas reuniones es promover en su país y otras naciones cambios estructurales.
«El Estado y las leyes, dijo, están concebidos según el interés de las élites de poder y no de los pueblos, las comunidades, ni los sectores empobrecidos, y es hora de hacer un cambio estructural desde los pueblos».
La actividad cultural de cierre tuvo entre sus voces a la destacada cantautora guatemalteca Sara Curruchic, luego de tres días de intercambio.
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