Por Yolaidy Martínez
Corresponsal jefa en China
De manera general, esta cita quinquenal efectuada del 16 al 22 de octubre, no implicó grandes cambios en el orden político, económico y social del país, sino más bien fue una oportunidad para remarcar directrices antes definidas y afinarlas con la mira puesta en las proyecciones futuras.
Muestra de esa estabilidad fue la reelección del mandatario Xi Jinping para una tercera gestión como secretario general del PCCh, miembro del Comité Permanente de su Buró Político y presidente de la Comisión Militar Central.
No obstante, al dignatario lo acompañará en el Politburó un equipo renovado con los dirigentes Li Qiang, Zhao Leji, Wang Huning, Cai Qi, Ding Xuexiang y Li Xi, cuya llegada a ese órgano supone su potencial designación en altos cargos del Gobierno cuando se reúna la Asamblea Nacional Popular en marzo de 2023.
Con el vigésimo Congreso, China puso la proa hacia la ansiada modernización y el anhelo de tener prosperidad en todas las capas de la sociedad, fortaleza, ser culturalmente avanzado y estar al nivel de las potencias del primer mundo cuando cumpla 100 años de su fundación como República Popular en 2049.
Es por ello que la cita enmendó la constitución del PCCh para ponerlo en sintonía con la actual situación y las tareas que ayudarán a impulsar el socialismo con características propias.
Las modificaciones representan la más reciente sinización del marxismo, los nuevos conceptos de gobernanza, y experiencias en la adhesión y fortalecimiento de la agrupación comunista.
El cónclave igualmente delineó una hoja de ruta abarcadora para manejar en el próximo quinquenio y más allá, los crecientes riesgos y desafíos que enfrenta China debido a factores como la baja natalidad, envejecimiento poblacional, desempleo juvenil, impacto de la pandemia de Covid-19 y un escenario global volátil.
En lo adelante, el gigante asiático se enfocará en conseguir un desarrollo de calidad que garantice la base material sólida mientras mantiene la economía socialista reforzada con la fórmula de reforma y apertura, vigente con éxito desde 1979.
LAS NUEVAS FUERZAS MOTRICES DEL DESARROLLO
El informe central del Congreso subrayó la importancia de la educación y formación de recursos humanos altamente calificados para la ciencia, la tecnología y demás sectores estratégicos, pues serán quienes abran y perfilen las nuevas fuerzas motrices del crecimiento.
Fijó entre las prioridades elevar la calidad de vida, lo cual pasa por suprimir restricciones y discriminaciones en el mercado laboral, proteger los derechos de mujeres, niños y discapacitados, un mejor acceso a la seguridad social, salud y vivienda, consolidar el triunfo sobre la pobreza y la convivencia amigable con el entorno.
También definió como “una exigencia estratégica” la transformación del Ejército en unas fuerzas armadas de excelencia y consideró fundamental preservar la estabilidad social y la seguridad nacional en lo concerniente al poder político, la ideología, la alimentación, la energía y la preparación ante desastres naturales.
El documento planteó perfeccionar el principio de Un país, dos sistemas, aplicado en Hong Kong y Macao, así como persistir en la reunificación de Taiwán priorizando la vía pacífica, sin descartar una respuesta militar frente al separatismo y la injerencia extranjera.
A lo interno, el PCCh seguirá la lucha sin descanso contra la corrupción y otros males como la burocracia y el formalismo hasta arrancarlos de raíz, además de intensificar el trabajo con las masas, los jóvenes y los compatriotas residentes en el exterior.
Promoverá una política externa independiente, pacífica, de respeto a la soberanía e integridad territorial de otros países, que favorece las iniciativas de fomento a la cooperación y la solidaridad internacional, pero rechaza el unilateralismo, el proteccionismo y las barreras a los intercambios.
En ese sentido, Xi Jinping remarcó que China continuará sin cambios la fórmula de reforma y apertura, creará nuevas oportunidades de intercambios y descartará el aislamiento porque no puede desarrollarse sin contactos con el mundo.
Sin embargo, el líder advirtió que llevar a la realidad cada una de las tareas planteadas solo será posible desde la unidad y significará “conformar una fuerza poderosa y convergente en pro de materializar con una sola voluntad el sueño chino”.
Consideró vital la capacidad del PCCh de autorrenovarse mientras conduce al pueblo hacia la concreción de las aspiraciones de modernidad en todos los aspectos.
“Un partido político solo puede ser invencible si permanece fiel a la autorreforma, aunque haya tenido un pasado glorioso”, acotó, al destacar el dinamismo y vigorosidad de esa agrupación.
Xi también convocó a preservar las pautas y la misión fundacional de la formación comunista, siempre tener en mente que “el país se debe al pueblo” y nunca olvidar los intereses fundamentales de la nación.
Pidió trabajar bien de cerca con el Comité Central del PCCh y exhortó a la militancia a “tener iniciativa histórica, el coraje de luchar y asegurar la victoria” frente a cualquier reto.
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