Gremios empresariales de distintos rublos emitieron aquí días atrás un comunicado en el cual conminaron a la aprobación del documento, mientras el presidente de esta nación, Mario Abdo, declaró que desconoce la inquietud del país vecino.
“Tengo una comunicación, hasta diría, frecuente con (el mandatario argentino) Alberto Fernández, con quien construimos, aparte de ser colegas, una amistad, y yo no recibí ningún tipo de cuestionamiento por parte de él y ni de ningún integrante de su gobierno”, planteó Abdo.
De hecho, añadió, ignoro la relación de los militares con la Hidrovía y describió que el proyecto en curso data de hace ocho o nueve años sobre una oferta realizada por el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos para hacer el diseño, no una intervención.
Se trata de cómo podemos tener un mejor caudal y respetar el medioambiente en la Hidrovía, pero en eso no se avanzó nada en el tiempo de estudio en el Parlamento, explicó el jefe de Estado.
En cuanto a otro capítulo de la trama vinculada a la Hidrovía, reafirmó que defenderá su postura contra la aplicación del cobro de peaje a embarcaciones en tránsito por el canal, propuesta por Argentina.
No corresponde, precisa el acuerdo de todas las partes, justamente lo que la región necesita es mayor competitividad y esto hace que perdamos fuerza, declaró Abdo.
“No creo que vaya en sintonía con lo que justamente estamos hablando todos los miembros del Mercosur y del área para tener una estrategia común y ser cada vez más competitivo”, subrayó el presidente paraguayo.
La edición argentina del Diario La Política Online publicó un informe elaborado en Washington por el Eno Center for Transportation, que expuso la atención marcada de la Casa Blanca a esa importante vía de comunicación.
También evidenció como trasfondo la necesidad de concretar las inversiones de empresas norteamericanas frente a lo que consideran una “amenaza significativa” en la competitividad global con China.
El documento argumentó que el río Paraguay “es el más desarrollado y, hasta hace poco, el más utilizado en América del Sur” y aseguró que por ese canal circularon hasta 2018 “20 millones de toneladas por año”.
En la medida en que la inversión insuficiente lo haga más vulnerable a la interrupción y menos confiable en el servicio de usuarios comerciales, gubernamentales y militares, podría haber implicaciones negativas para la seguridad de Estados Unidos, remarcó el Eno Center for Transportation.
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