Al intervenir en un encuentro germano-ucraniano en esta capital, citado por la televisión en esta capital, el jefe del Gobierno también agradeció a los maestros que dieron la bienvenida a casi 200 mil niños del Estado vecino a las escuelas, a pesar de fuerte crisis económica que atraviesa la nación germana.
Recientemente, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Hubertus Heil, aseveró que en relación con los emigrantes de Ucrania debe haber indulgencias y privilegios que no se aplican a los refugiados de otros países.
Por su parte, la ministra del Interior, Nancy Feser, indicó que cada vez es más difícil para las autoridades acoger a los desplazados de Ucrania, cuyo número va en aumento.
Los ucranianos tienen derecho a permanecer en el espacio Schengen hasta tres meses sin visa y no tienen que registrarse inmediatamente después de su llegada, prerrogativa concedida solo a esa nación por parte de la Unión Europea.
En la madrugada del 24 de febrero pasado, Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania para defender las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el presidente ruso, Vladímir Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
La presión de las restricciones de Occidente aumentó después de que el gigante euroasiático oficializara, el 30 septiembre último, la incorporación de las repúblicas de Donbass y las provincias de Jersón y Zaporizhzhia, tras los referendos en estos territorios.
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