Por Osvaldo Cardosa
Corresponsal de Prensa Latina en Brasil
Pese a la reputación y ética de reconocidas empresas e institutos electorales en el gigante suramericano, el resultado de la primera vuelta del sufragio del 2 de octubre puso en modo desconfianza la credibilidad de los pronósticos.
En el referendo presidencial, por ejemplo, los institutos Datafolha y de Inteligencia en Pesquisa y Consultoría Estratégica (IPEC) daban menos del 40 por ciento de los votos para el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal (PL).
Igualmente señalaron la posibilidad de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, candidato al poder por el Partido de los Trabajadores, ganaría sin la necesidad de segunda vuelta, pero ambos fallaron.
Contra todo augurio, Bolsonaro tuvo 43,20 por ciento y Lula 48,43.
Desde agosto, el IPEC hizo siete encuestas de intención de voto hacia el Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo).
Considerando los votos válidos, el exdirigente obrero oscilaba de 52 para 51 por ciento. Teniendo en cuenta el margen de error de dos puntos porcentuales establecido por el instituto, el IPEC se acercó al resultado divulgado por el Tribunal Superior Electoral.
Sin embargo, la empresa no llegó ni cerca del total de votos obtenidos por Bolsonaro. En los siete estudios del IPEC, el exmilitar comenzó y terminó con un 37 por ciento de las papeletas válidas.
Con Datafolha, no resultó diferente. En seis encuestas realizadas desde agosto, Lula inició con 51 por ciento de los votos válidos y terminó con 50. Bolsonaro, a su vez, tenía 35 en la primera muestra y 36 en la última.
Teniendo en cuenta la temperatura de las pesquisas electorales, Lula admitió que podía ganar en primera vuelta y calificó de prórroga el resultado en urnas en el primer domingo del mes.
«Siempre pensé que íbamos a ganar. Y vamos. Esto es solo una extensión», declaró en Sao Paulo tras conocer su victoria en el pleito, que no resultó definitiva. Agradeció la confianza de los más de 58 millones de electores y alertó que el momento ahora es de continuar la lucha.
En la evaluación de expertos, la cantidad de errores comprometió el desempeño de las empresas encuestadoras.
MOLESTO BOLSONARO
Bajo este escenario, la Coalición Por el Bien de Brasil, que representa a Bolsonaro, ingresó a principios de octubre dos acciones contra institutos de investigaciones electorales.
Una de las representaciones tuvo lugar en el Ministerio Público Electoral y la otra fue remitida al corregidor general electoral, ministro Benedito Gonçalves.
En la demanda, los abogados de la campaña del exparacaidista alegaron que los resultados de las encuestas eran diferentes de la realidad de los votos colocados en las urnas electrónicas por 120 millones de brasileños.
Los partidos PL, Republicanos y Progresista, que integran la alianza, argumentaron que investigaciones internas mostraban el verdadero resultado y que la elección de los votantes no sorprendió en la campaña, aunque esté diferente del presentado en las encuestas de opinión.
El excapitán del Ejército recibió en total 51 millones de votos, frente a 57 millones del líder petista.
Algunos institutos vaticinaron una diferencia de 10 puntos porcentuales entre los candidatos, pero en realidad la disconformidad fue de solo cinco.
El documento remitido al Ministerio Público y a la Justicia Electoral pidió apertura de conteo preliminar, convocatoria de los responsables de nueve institutos electorales, como Genial, IPEC, Datafolha y Atlas, entre otros.
Ante la demanda, la Asociación Brasileña de Empresas de Investigación, entidad que representa la gran mayoría de las organizaciones del sector, precisó «que las investigaciones de intención de voto son diagnósticos y no proyecciones de los resultados obtenidos en las urnas».
Las pesquisas «tienen el papel de presentar a la sociedad un retrato del momento», refirió.
Insistió en que el estudio de intención de voto no se presta a medir la conducta del elector a la hora de ejercer su derecho, sino confiere la tendencia por medio de la verbalización sobre lo que pretende hacer.
NUEVA ENCUESTA
Lula supera en ocho puntos porcentuales a Bolsonaro rumbo a la segunda vuelta, según el más reciente estudio del IPEC.
De acuerdo con el instituto, el exsindicalista exhibe un 54 por ciento de los votos válidos, si la elección fuera este 24 de octubre, contra un 46 del gobernante. En la investigación anterior de la entidad, del 14 de octubre, los números eran los mismos.
Con los votos totales, Lula tiene 50 por ciento contra 43 de Bolsonaro. Blancos y nulos suman cinco por ciento y no saben/no respondió un dos.
Esta resultó la cuarta pesquisa del IPEC después de la primera vuelta de consulta.
Para el sondeo fueron entrevistadas tres mil personas en 183 municipios entre el 22 y 24 de octubre. El margen de error es de dos puntos porcentuales, para más o menos, con un índice de confianza del 95 por ciento.
No obstante los ataques y la ferocidad de las campañas, el expresidente afirmó esperar que Bolsonaro reconozca el resultado electivo.
«Espero que, si gano las elecciones, el actual presidente tenga un minuto de sensatez y me llame para reconocer el resultado», señaló el abanderado del PT ante la prensa.
Ambos políticos disputarán esa histórica porfía porque no lograron en el primer escrutinio la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo.
Para el doctor en ciencias políticas Leandro Gabiati, hasta la segunda ronda del próximo domingo la tendencia es que la sociedad no crea en las encuestas de intención de voto.
«Los institutos continuarán haciendo investigaciones. Los que contratan van a seguir contratando, pero ciertamente con mucha duda y mucho cuestionamiento… Aunque acierten, la desconfianza está presente», subrayó.
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