Un estudio realizado en la Universidad de Warwick, en Coventry, Reino Unido, en base a modelos matemáticos en los que incorporaron datos de 152 países, mostró que a fines del pasado año la mitad de la población mundial había recibido dos dosis de una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Sin embargo, esos medicamentos no fueron distribuidos equitativamente: las tasas de vacunación fueron del 75 por ciento en los países de altos ingresos, pero menos del dos por ciento en algunas naciones de bajos ingresos.
De acuerdo con los investigadores, los países ricos terminaron el año con excedentes de vacunas y planes para vacunar a los niños pequeños, que tienen un riesgo relativamente bajo de contraer enfermedades graves.
Mientras tanto, muchos países pobres todavía no tenían suficiente suministro para vacunar a las personas con mayor riesgo de muerte por la pandemia.
El epidemiólogo matemático Sam Moore y sus colegas de la Universidad de Warwick utilizaron datos sobre el exceso de mortalidad y la disponibilidad de vacunas para modelar lo que habría sucedido si las vacunas se hubieran distribuido según la necesidad, en lugar de la riqueza.
El equipo descubrió que, suponiendo que no hubiera otras políticas que redujeran el contacto físico, una cobertura vacunal más equitativa podría haber evitado 1,3 millones de muertes en todo el mundo.
Incluso, se habría evitado más del doble de esa cantidad de muertes si los países de ingresos más altos también se hubieran apegado a otras medidas para reducir la transmisión.
La investigación analizó solo las provisiones de vacunas y no consideró otros factores, como la capacidad para almacenar y administrar las inyecciones.
Una distribución más equitativa de las vacunas y la reducción resultante de las infecciones también podrían haber frenado la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2, afirmó Moore.
Los formuladores de políticas podrían buscar estudios como estos para sentar las bases para mejores respuestas a la próxima pandemia, advirtió.
Aunque puede que no sea realista esperar que los países regalen suministros de vacunas antes de inocular a sus propios ciudadanos, los gobiernos podrían encontrar un término medio, destacó el científico.
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