Durante sus conversaciones oficiales, el mandatario enfatizó al visitante en la necesidad de que ambas potencias aprovechen su gran influencia con tal propósito, por considerarlo la “dirección correcta en medio de un escenario internacional complejo”.
Según un comunicado, Xi destacó el desarrollo de los nexos diplomáticos en sus 50 años de establecidos y la capacidad de los dos estados de hallar puntos en común para fomentar los intercambios, el conocimiento mutuo y la cooperación beneficiosa.
Igualmente, resaltó que en esas cinco décadas China y Alemania siempre sustentaron sus vínculos en el respeto mutuo y mantuvieron la colaboración, pese a las diferencias.
“La visita reforzará más el entendimiento mutuo y la confianza entre las dos partes, así como la cooperación en múltiples sectores. Brinda a ambas la oportunidad de planificar el crecimiento de las relaciones bilaterales”, indicó.
La nota oficial de China no mencionó la intervención de Scholz, pero de acuerdo con la prensa alemana él se refirió a desafíos globales como el hambre, el cambio climático y la deuda de las naciones en desarrollo, además del conflicto Rusia-Ucrania y su impacto socioeconómico.
El dignatario europeo realiza desde este viernes su primera visita al gigante asiático y lo acompaña una delegación de funcionarios de su Gobierno y representantes de empresas como Volkswagen, BMW, BASF, Bayer y Deutsche Bank.
Según trascendió, su agenda incluye reuniones con las oficinas de esas firmas en Beijing y el primer ministro de China, Li Keqiang.
El viaje de Scholz lo rodea una fuerte campaña, sus detractores lo presionan con no “doblegarse” a Beijing y ven en la negociación del puerto de Hamburgo una supuesta amenaza a la seguridad de información comercial y la posibilidad de que China lo use para “cercar” y “chantajear” a Europa, si tuviera una guerra con Estados Unidos.
En el último aspecto, se trata de una propuesta de la empresa china Cosco para gestionar una de las terminales de contenedores de dicho puerto, el más grande de Alemania.
Finalmente la semana pasada el gobierno germano autorizó a la firma comprar una participación del 24,9 por ciento de la instalación portuaria, sin la posibilidad de inmiscuirse en su gobernanza o en la toma de decisiones estratégicas.
Días atrás observadores del gigante asiático subrayaron que una cooperación más estrecha entre Beijing y Berlín sería un factor de estabilidad en la turbulenta situación mundial y beneficiaría en gran medida al resto de las naciones de la Unión Europea.
El gobernante alemán cierra una semana en la cual también llegaron a China el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong; la presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, y el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif.
rgh/ymr