“¿Cuánto más debe suceder?”, cuestionó la primera ministra, Mia Mottley, en un discurso ante el plenario de la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).
Para la jefa de Gobierno “el sur global permanece a merced del norte global», lo cual se traduce en disímiles asimetrías, entre estas, la introducción de equipamiento y modernas tecnologías amigables con el medioambiente.
Este mundo, opinó, todavía se parece mucho a cuando era parte de un imperio imperialista y el norte global, argumentó, pide prestado a tasas de interés entre 1,0 y 4,0 por ciento, mientras el sur global al 14 por ciento, y luego, acotó, nos preguntamos por qué las asociaciones energéticas no están funcionando.
Según expresó, la Tierra registra una estela de «horror y devastación» y añádió que solo en los últimos 12 meses hubo inundaciones apocalípticas en Pakistán, olas de calor de Europa a China, y en fecha reciente, la región caribeña conoció la devastación causada en Belice por la tormenta tropical Lisa o las inundaciones torrenciales hace unos días en Santa Lucía, ilustró.
Mottley llamó a reconocer y entender “por qué no avanzamos más” si la humanidad tiene la capacidad colectiva para transformar la situación y cumplir los compromisos contraídos en las cumbres climáticas.
Barbados fue una voz poderosa en la COP26 del año pasado, en Glasgow, al advertir que la subida de las temperaturas en dos grados centígrados sería una «sentencia de muerte» para las naciones insulares, expresó en alusión al Acuerdo de París.
El mencionado pacto, adoptado en diciembre de 2015, estableció la meta de mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2,0 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar el aza a 1,5 grados centígrados.
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